UN PAÍS DE 47 MILLLONES DE VIRÓLOGOS

Este país, de momento llamado España, era conocido mundialmente por tener 47 millones de entrenadores de futbol, pero lo que no se sabía era que también había 47 millones de virólogos, cuestión que el coronavirus ha destapado, ¡Afortunado país que tiene tanto investigador!.

Los medios de información, sobretodo la televisión, nos muestran la sabiduría innata, de presentadores, tertulianos, periodistas y otros “sabios” invitados, que tienen la capacidad de solucionar, en un plis, la pandemia del coronavirus. Todos lo saben todo, todos tienen el remedio, desde la lejía al cóctel de medicamentos; otros dicen que se tenían que haber tomado medidas antes, y están pidiendo poder tomar el chupito en la terraza de un bar; otros que se está coartando la libertad, cuando ellos son liberticidas. En fin, soluciones para todos los gustos. El trabajo que hacen estos “virólogos mediáticos” es el de las audiencias, que dado el nivel del país, a mayor burrada que dicen, mayor es la audiencia, y de paso, se les sube el salario.

Los políticos, harina de otro costal, después de rebuznar durante el día todo lo que quieren, por la noche acuden al laboratorio a mirar si han subido en las encuestas, que a mayor dosis de rebuznos, mayor subida en las encuestas. Unos, los más antisociales, aprovechan la cuarentena para pedir libertad para salir a la calle; otros, los perdidos en el tiempo, piden poder cerrar su chiringuito para que los foráneos no les contagien; otros, que los demás no saben gobernar y ellos sí; otros se hacen eco de los bulos que les interesan; y aún otros que, con ellos habría habido menos muertes, aunque dejaran desatendidos a los ancianos en las residencias de los lugares donde gobiernan.

Malos tiempos para gobernar: no les arrendamos las ganancias. Un país que funciona a base de encuestas y audiencias, es un país que huele mal.

Todos compran mejor y más barato el material sanitario, pero desconocen el mercado y las formas de trabajar de ciertos empresarios, esto ya lo explicamos en otro artículo. Cuando se han puesto a comprar, les han vendido material de deshecho, inservible e inoperante.

Todo el mundo hace críticas de lo más sangrientas y absurdas posibles, algunos vividores televisivos se meten con la ropa y la forma de hablar de alguno de los coordinadores, otros dicen que el ministro de sanidad tenía que ser médico, ¿de cuál de las 100 especialidades? El ministro tiene que saber gestionar y coordinar las diversas áreas de la sanidad, que cada una tiene sus técnicos responsables y para eso se les paga.

En este momento de pandemia no se pueden decir tantas tonterías, solo cabe formular propuestas y presentar una mejor gestión, pero como no tienen propuestas, solo ponen piedras en el camino, y a gozar con los fracasos de los demás. Si critican las compras de material sanitario, es que no saben como funciona el mercado; si critican la forma de llevar la pandemia, que propongan su alternativa, con sus medios y científicos. La oposición al gobierno en la mayoría de los países ha sido ejemplar, en cambio, en España: cainita, bruta, traidora, visceral, desconocedora de lo que pasaba, solo interesada en las encuestas. No les preocupa que la gente muera, solo les preocupan las encuestas.

Cuando todo acabe, si acaba, ya pediremos cuentas al gobierno y a sus gestores, entendemos que ahora no ha lugar, porque no hemos visto una alternativa posible en los críticos, y nosotros no podemos aportar una alternativa.

Nos olvidábamos, y 47 millones de listillos.