LA TESORERÍA DE LA SEGURIDAD SOCIAL

Recaudación.

Para garantizar la sanidad pública y las pensiones es necesario que todos los obligados a cotizar lo hagan. No puede ser que se de barra libre a ciertas entidades como los clubs deportivos para que paguen cuando quieran y como quieran o a las empresas supuestamente en crisis, crisis para no pagar la Hacienda y a la Seguridad Social pero no para pagar los salarios millonarios de los directivos y deportistas.

Si el centro deportivo o la empresa tienen que cerrar que lo hagan pero antes deben pagar a la Seguridad Social y Hacienda, si tienen dinero para pagar esos salarios millonarios porqué no pagar antes a lo público, aquí hay un fraude que se corresponde con una responsabilidad.

El fraude es comprobable por el despilfarro del dinero, grandes salarios e impago de las cuotas a la seguridad social, vamos de libro, pero los políticos no saben o no quieren leer.

 

 

Las llamadas bonificaciones.

Para destruir la sanidad y las pensiones públicas los políticos se han inventado las bonificaciones, que no son otra cosa que dejar de ingresar en la Tesorería cantidades ingentes de dinero en detrimento del bien común.

Si quieren bonificar a las empresas para que contraten (casi siempre en fraude de ley) que lo hagan a costa de mejoras en los servicios, menos burocracia, polígonos industriales inteligentes, uso común de depuradoras y otros servicios, en fin, facilitar a los empresarios la posibilidad de poder trabajar sin tener que pagar por servicios individuales pudiendo ser colectivos.

 

Comparando los beneficios que puede aportar establecer unos polígonos industriales inteligentes y la cuota a la seguridad social, saldría ganando en beneficio de lo colectivo.

Las bonificaciones y exenciones del pago a la Seguridad Social no dejan de ser un claro ataque al sistema público intencionado, un claro intento de despreciar y minusvalorar los beneficios que aporta la cotización. El político de turno en su intento de beneficiar al empresario, no tiene otra cosa en mente que rebajar o suprimir de las cotizaciones a la seguridad social, que redunda únicamente en perjuicio del trabajador, ya que le perjudica en el desempleo, en las bajas por enfermedad y en la jubilación (está muy lejana pero llega y a lo mejor cuando más lo necesitas).

Es de tontos pensar que si al empresario le rebajan la cuota de la seguridad social (300 euros mensuales) va a contratar más personal, contratará los que necesite y cuando los necesite, no dependerá la rebaja de las cuotas a la seguridad social. Vamos que el empresario es tonto, si le rebajan las cuotas de la seguridad social, pica el anzuelo y contrata sin necesidad. Está claro que es otra la intención de las rebajas.

 

 

Impago a la Seguridad Social de las sociedades supuestamente en crisis.

Cuando no se paga a Hacienda y a la Seguridad Social, pero los directivos están cobrando y gastando dinero a expuestas es un fraude a la colectividad.

Si la empresa está en crisis, deben pagarla todos, si los trabajadores no cobran, los directivos tampoco, además se debe comprobar de donde procede la crisis, que muchas veces proviene de un saqueo premeditado.

Cuando una empresa deja de pagar la segunda cuota, sea a la seguridad Social o a Hacienda, la empresa debe ser intervenida por los respectivos inspectores, para que no se proceda a un saqueo o descapitalización de la empresa. Esta intervención solamente debe afectar a los gastos y salarios del personal directivo.

 

Los falsos autónomos.

El Estatuto de los Trabajadores establecía que un trabajador autónomo era el que trabajaba por su cuenta y riesgo, pero las modificaciones legislativas y judiciales han hecho que un trabajador autónomo, sea un transportista, un lampista, un carpintero, o cualquier persona que no trabaje por su cuenta pero que, mediante argumentos peregrinos, los diputados y los jueces del Tribunal Supremo han decidido que sean autónomos. Siempre contando con la colaboración inestimable de los sindicatos.

Todos conocemos casos flagrantes, el joven que no tiene trabajo y decide probar como captador y vendedor de pisos que acude a una inmobiliaria, le ofrecen trabajar pero como autónomo, de autónomo no tiene nada, la oficina es de la inmobiliaria, se presenta y tiene tarjeta de la empresa, los contratos son a nombre de la empresa, firma la empresa, el trabajador percibe una comisión, de todo ello deberá cotizar a la seguridad social como autónomo y las pertinentes declaraciones de renta. Otro caso es el de industrias gráficas, cierra la empresa y le proporcionan el mismo trabajo pero como autónomo, más horas y más control, menos salario y menos cotización a la seguridad social.

Son numerosos los casos de fraude con los falsos autónomos que en realidad son trabajadores por cuenta ajena con la consiguiente rebaja en la cotización a la seguridad social, ya que como es fácil de entender cotizará por el mínimo.

 

Los emprendedores.

Es un eufemismo de autónomo en su grado mínimo, es un autónomo que cobra una miseria (si cobra), pero le han puesto un título arrogante para que se crea importante. El engañado de turno capitaliza el desempleo pensando en que las cosas le pueden ir bien, o pide un crédito al banco o a la familia, siempre animado por la administración, que en unos cursos inservibles le animan, mediante supuestas ofertas de trabajo por cuenta propia, una vez ha caído en la trampa, pasado unas semanas es dejado a su libre albedrío.

¿De qué trabajas? De emprendedor. ¿Qué haces?. Busco trabajo en empresas para hacer trabajos de limpieza, pintura, informática, recados, etc. ¿Ganas mucho? Muy poco porque hay mucha competencia y los autónomos, las declaraciones trimestrales de la renta, el papeleo y la gestoría reducen considerablemente los ingresos. Bueno pero eres un emprendedor, una categoría superior. No me toques las narices, ¡vaya engaño!.