SANIDAD PÚBLICA

La sanidad pública es uno de los grandes logros de la humanidad, desgraciadamente no ha sido impuesta en la mayoría de países, motivada por los intereses económicos. La sanidad pública resulta el elemento más barato de una comunidad, sirve para controlar la salud de la población, evitar enfermedades y epidemias, hacer más feliz a la población.

La defensa de la sanidad pública es una obligación de las personas conscientes, ya que con esta acción se está laborando para el futuro de las próximas generaciones, que tendrán una vida mejor.

Preparar trabajadores de la sanidad pública no es costoso, ya que se dispone de universidades públicas, hospitales universitarios públicos, centros de salud. Las universidades y hospitales públicos tienen la función de preparar a los técnicos de la sanidad pública, personal de investigación (biólogos, farmacéuticos, químicos, físicos, etc.); personal técnico, médicos, enfermería; personal auxiliar; de oficina, etc. Preparar al personal técnico no es costoso si se cuenta con los hospitales públicos donde puedan aprender en la práctica. Es fundamental un buen equipo docente.

La administración de la sanidad pública debe ser minuciosa, comparable en su control al que hacen las personas que con unos ingresos mínimos sobreviven a su salario, el despilfarro es un grave problema. El trabajador de la sanidad pública debe ser consciente de que no debe se gastar más de lo que corresponde.

Una buena administración de los recursos destinados a la sanidad pública solucionaría, en parte, la falta de recursos económicos.

El gasto se debe controlar con lupa, se debe optimizar el material, tener siempre el de última generación, pero siempre tratarlo como si fuese suyo (que lo es).

Resulta increíble que las farmacias no puedan dispensar los medicamentos de uno en uno, o los necesarios para el tratamiento, siempre sobra, esto es un despilfarro. Si las farmacias de los hospitales lo hacen, es una prueba de que puede hacerse. Los medicamentos se deben dispensar los necesarios para la curación de las personas, sin tener en cuenta el coste, una vida no tiene precio.

 

Promoción para puestos de responsabilidad a los más competentes.

La administración de la sanidad pública no puede dejarse en manos del político de turno, que dependiendo de su ideología e intereses, puede tomar decisiones que favorezcan a las empresas a las que irá a vegetar (consejo de administración) en pago a los favores recibidos o en las que ha trabajado anteriormente, tampoco en manos de personas incompetentes puestas a dedo.

Se debe arbitrar un sistema de elección de los más competentes para llevar a cabo la gestión, tanto de los hospitales como de todo el sistema público sanitario, que entendemos debería ser colegiado y electivo de entre los trabajadores de la sanidad pública, sin que ello les prive de su formación continúa. No puede ser que el ministro de turno decida sobre la sanidad y pensiones publicas, ya sabemos que cuando hacen a alguna persona ministro no se mira su capacidad sino su sumisión al presidente, sino ¿Cómo es posible que se pueda ser ministro de sanidad y por obra de magia pasar a serlo de defensa o de ministra de sanidad pasar en horas al ministerio de obras públicas?

¿Tantos conocimientos tienen?. ¿Tan listos son?. ¿Dónde está la trampa?. Ni tienen tantos conocimientos, ni son tan listos y por supuesto no hay trampa alguna. Los ministerios están regidos por funcionarios técnicos y el personal auxiliar necesario cuya única misión es poner en marcha el departamento, sin ellos no hay posibilidad de actividad alguna. Como se ha visto el ministerio no depende del “patata o la patata” de turno depende de unos buenos funcionarios.

 

 

La importancia de la cotización a la Seguridad Social.

Todos conocemos a personas que se quejan de la pensión que cobran y que dicen haber trabajado toda su vida o de otras que se quejan de que la empresa no le cotizó por todo lo que cobraba y trabajaba. En estos casos las situaciones pueden ser variadas, desde el que prefería cobrar un poco más y no cotizar todo a la Seguridad Social (con la consiguiente pérdida de derechos), hasta el que pudiendo cotizar por una tarifa más alta lo hacía por la más baja para ahorrarse parte de la cotización. En otros casos el empresario para ahorrarse una miseria de dinero le cotizaba por una categoría más baja (peón por oficial de 1ª. o ayudante de cocina por cocinero) o no le incluía todo el salario (horas extraordinarias, incentivos, dietas). Pero hay algo aún más lamentable; contratos de media jornada que en realidad son a tiempo completo o más, que en la nómina figura la media jornada, con la consiguiente estafa al trabajador y a la Seguridad Social.

 

La cotización a la Seguridad Social.

Las bases de cotización establecidas legalmente oscilan entre una máxima de 3.642 y una mínima de 764 euros.

Poniendo como base un salario de 1.000 euros, veamos algunos ejemplos: Un trabajador que trabaja 8 horas diarias o más y solamente se le cotiza media jornada, 4 horas. En el caso de enfermedad común su base de cotización será la de 500 euros, igual para el caso de enfermedad profesional o accidente de trabajo, lo mismo para el caso de invalidez que será así para toda su vida. Otro caso es el de quedar en desempleo, también se quedaría en la mitad, con la agravante de que al ser la cotización de cuatro horas necesitaría el doble de tiempo. No digamos la jubilación que quedaría en la mitad.

Una buena cotización a la seguridad social comporta que en el futuro tengamos unos derechos que nos hemos ganado trabajando, por lo que es imprescindible que todo lo trabajado y cobrado conste en la nómina que es la base de la cotización a la Seguridad Social.

Veamos los beneficios que obtiene (o puede obtener) el trabajador gracias a la cotización a la Seguridad Social:

 

Contingencias comunes

Si consideramos un salario normal el de 1.000 euros brutos, el trabajador aporta 47 euros mensuales, esta cantidad se le descuenta del salario. El empresario aporta 236 euros mensuales. Un trabajador por 283 euros al mes obtiene cuantiosos beneficios que en caso de necesitarlo son los siguientes:

En caso de enfermedad: Incapacidad laboral transitoria derivada de enfermedad común.

Maternidad.

Paternidad

Lactancia.

Riesgo durante el embarazo.

 

Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales: en este caso es la empresa la que cotiza por ello.

 

En caso de invalidez: Incapacidad parcial.

Incapacidad total.

Incapacidad absoluta.

En caso de muerte: Viudedad.

Orfandad.

Auxilio por defunción.

Subsidio a favor de familiares.

Jubilación.

Prestaciones farmacéuticas.

Asistencia sanitaria: Ambulatoria.

Domicilio.

Hospitalaria.

 

Desempleo.

En el caso de desempleo el trabajador, con un salario de 1.000 euros brutos, aporta 15,50 euros mensuales y la empresa 55 euros.

Cobertura por desempleo:

Prestación por desempleo.

Prestación por desempleo a nivel asistencial

Subsidios por desempleo:

-Por haber agotado la prestación por desempleo.

-Por cargas familiares.

-Emigrantes retornados.

-Liberados de prisión.

-Otros.

 

En el caso de que la empresa no pague los salarios el Fondo de Garantía Salarial se hace cargo de ello. La cotización para este beneficio es a cargo de la empresa.

Para formación profesional la cotización del trabajador es de 1 euro mensual y el de la empresa 6 euros.

Hemos visto la cantidad de prestaciones que proporciona la cotización a la seguridad social, no hay empresa privada capaz de ofrecer por la misma cantidad ni el 10% de estas prestaciones, ya que su interés es el beneficio cuanto más grande mejor. El interés de la Seguridad Social es el bienestar de la colectividad.

Pero ahondemos un poco más de un salario de 1.000 euros brutos, sumando las cotizaciones de la empresa y el trabajador por todos los conceptos señalados, menos el de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que pueden ser gestionados en su totalidad por empresas privadas patronales.

Hagamos la suma:

El trabajador y la empresa aportan un total de 283 euros mensuales por contingencias comunes.

El trabajador y la empresa aportan por desempleo 70,50 euros mensuales.

Por una cantidad aproximada de 360 euros mensuales la Seguridad Social garantiza una serie de beneficios que no cubre ninguna empresa privada.

El trabajador una vez jubilado no tiene que pagar cantidad alguna, está exento de todo pago a la seguridad social, con la excepción de los copagos que los políticos de turno se sacan de la manga.

 

 

Comparación con los seguros médicos sanitarios y las llamadas pensiones privadas.

En los seguros médicos, que solamente cubren la asistencia médica y hospitalaria, nunca se deja de pagar, y lo que es más grave, contra mayor edad tenga el asegurado más paga, por lo que al final de la vida cuando más se necesita, se tiene que dar de baja por no poder pagar. Es como una trampa, cuando eres joven y sano pagas menos y cuando eres mayor y propenso a sorpresas no deseadas pagas más para que te vayas.

Las llamadas jubilaciones privadas son un engaño más, ya que no son jubilaciones, sino que se ingresa una cantidad determinada en un fondo llamado de pensiones, cuyo beneficio depende de la gestión que lleven. Si el fondo pierde dinero, el impositor también lo pierde (recuerda al vecino o familiar que tenía 10.000 euros en el fondo y de la mañana a la tarde se le convirtió en 4.000 euros), el beneficiario siempre es la entidad gestora que cobra tanto si hay ganancias como si hay pérdidas. Además no garantizan cantidad alguna y lo que llaman jubilación es una cantidad final que depende de la gestión del fondo, que se entrega cuando se establece en el contrato, previo pago de impuestos, nunca como la jubilación de la seguridad social que es para toda la vida.